Hace poco hablamos en nuestro Instagram de una de las anomalías que puede sufrir el pie: equino varo.
Cada año nacen 200 mil niños con pie equino en el mundo y es discapacitante si no se trata. Sin embargo, con una detección se puede corregir con éxito el pie equino.
¿Cómo se manifiesta? El pie presenta una forma o posición torcida, los tejidos que conectan los músculos al hueso (tendones) son más cortos que lo habitual, sin embargo, podemos encontrar algunas variantes:
Pie equino: el pie se apoya en el suelo únicamente por la parte anterior, o sea el talón no toca el suelo.
Pie varo: la planta del pie mira hacia adentro.
Pie equino varo: Hay una torsión del tobillo, por lo que el pie se encuentra mirando hacia abajo y hacia adentro.
Esta combinación, equino y varo, es la más frecuente de las deformidades congénitas del pie y es también llamada pie Boot (del Sánscrito bahd que significa golpeado) o Zambo.
Es más frecuente en niños que en niñas y es más frecuente en un solo pie, aunque también puede darse en ambos a la vez.
Por el momento la causa es desconocida, sin embargo, los factores de riesgos pueden incluir antecedentes familiares, enfermedades congénitas, fumar durante el embarazo, líquido amniótico insuficiente.
Cuando el niño comienza su marcha tiene el enorme problema de no soportar el peso de su cuerpo. Los músculos de la pierna se fatigan rápidamente y muestran atrofia (falta de desarrollo).
En los niños el diagnóstico del pie equino varo puede realizarse fácilmente. Si el tratamiento se comienza dentro de los seis primeros meses de vida hay una excelente posibilidad de que la deformidad pueda ser corregida sin utilizar tratamientos quirúrgicos.
El tratamiento es usualmente largo, a veces hasta varios años. En algunos casos la deformidad tiende a reaparecer y debe tratarse por segunda vez.
Si el pie no es tratado en los primeros meses de vida, a medida que el niño crece también lo hace la deformidad y su pronóstico funcional será pobre.
¿Cómo es el tratamiento?
En los casos leves y durante los primeros meses de vida:
PRIMERA ETAPA: Botas de yeso: Se dividirá en tres.
Corrección: de la deformidad. Primero del varo y posteriormente el cavo. Si se trata de corregir simultáneamente puede provocar un pie en mecedora.
Mantenimiento: hasta lograr el balanceo muscular.
Revisión periódica: para detectar cualquier recidiva.
SEGUNDA ETAPA: Calzado especial: con elevación en la mitad externa de la suela, la cual ayuda a mantener la corrección. Debe continuarse el uso del calzado especial y barras durante la noche. Si el niño es grande se le enseñará ejercicios para educar su musculatura deficiente. Esta reeducación muscular es extremadamente importante.
TERCERA ETAPA: Observar: al niño hasta su llegada a la adolescencia para detectar y corregir cualquier recidiva.
En casos severos o edad avanzada la corrección no podrá realizarse por estos métodos y deberá recurrirse a cirugía.
Es muy importante un tratamiento precoz como base de un buen resultado funcional.
Si tenes dudas consulta con el pediatra, una detección temprana puede cambiarle la pisada.
¿Te quedaste con ganas de saber más? Te invitamos a leer el capítulo del Dr. Carlos Rivera Williams, sobre “El pie equino varo congénito”.


Hello and thank you for this blog is a true inspiration.. Joellen Gonzales Cordula
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